El legado del Padre Rafael García Herreros no es solo una página en la historia de Colombia, sino una guía práctica para vivir de manera significativa y con propósito en el presente. Su vida nos recuerda que cada pequeño acto de fe, de solidaridad, de educación y de generosidad puede tener un impacto duradero. ¿Cómo podemos, tú y yo, aplicar hoy estos principios en nuestras vidas? Esa es una reflexión que vale la pena hacer todos los días.
